Entradas

Sarcasmo

Imagen
Será que me recuerda que el lenguaje no nació para decir la verdad, sino para decirla mal. Me hace reír, y no un poco, no. Me hace reír con esa risa que cura la úlcera que provoca tomarse en serio sin necesidad. Esa risa que descompone lo solemne, como una carcajada en mitad de un funeral. La ironía es mi deporte de riesgo favorito. Uno se lanza con la frase más obvia, y aterriza en lo opuesto sin despeinarse, la ironía es una flor invertida, como las brevas, el primer fruto del intelecto. No requiere más herramientas, que un tono y una pausa, pero ¡ay! El que no entienda el código, lo tomará personal, lo convertirá en drama, entonces la risa se vuelve clandestina, a veces, un secreto a voces. Me encanta el arte de decir lo que no es, tan cargado de verdad, que sólo los atentos la escuchan. Como si la auto-censura, no te permitiera hablar de frente y necesitaras un espejo roto para mostrarte entero. G.G.

Aburrimiento

Imagen
  No creo que el aburrimiento sea, como tantas veces se repite, una falta de estímulos o una ausencia de ocupación. Tampoco lo confundo con la contemplación, que para mí, a diferencia de quienes la degradan con ligereza, es un acto altísimo de presencia, un modo de estar en el mundo con todos los sentidos disponibles. El aburrimiento al que me refiero es otra cosa. Más sutil, más grave, más íntimo. Es el síntoma de un desequilibrio profundo entre cuerpo y pensamiento. Como si en lugar de colaborar, se boicotearan mutuamente. El cuerpo pide moverse, pero no encuentra dirección. El pensamiento gira, pero sin eje. Y entre ambos, como un puente cortado por la mitad, queda un vacío lleno de ruido. No es silencio. Me viene a la cabeza el poema corto de Fina García Marruz, "Cine mudo",  y cito, "No es que falte el sonido, es que tiene el silencio", y no por relacionarlo con el aburrimiento que pretendo mostrar, sino por contraponerlo. El aburrimiento del que hablo, es u...

Amistad infalible

Imagen
La amistad real no pide, permanece, se sienta al borde del día sin ruido, te nombra sin buscar entenderte y ríe con tu sombra cuando olvidas el sol. He llegado por fin a esa forma de vínculo que no necesita llamarse, mostrarse útil, prometer permanencia, una forma que no sé si es amistad o apenas simplemente, un modo de no huir, de escapar del miedo y la cobardía. Es algo que sucede con la misma gravedad con la que cae la noche, sin esfuerzo, lentamente, a su paso. Durante años creí que bastaba con compartir lenguaje para comprender(se), hoy sé que hay silencios que entienden más que cualquier intento de afinar la exactitud de las palabras. Quizá por eso, cuando aparece alguien que no pretende traducirte, acompaña tu idioma lleno de pausas, tartamudeos, zonas grises, algo se ordena sin alardes, sin necesidad de aspavientos, como si en medio de tanta arquitectura de lo provisorio se alzara un lugar donde uno no necesita fingir solvencia emocional, y mucho menos resumir su historia para ...

Desde la Catedral de Tui

Imagen
Hoy, como si el azar quisiera ensayar su papel en una coreografía causal que jamás firmé, comparezco, entre lo involuntario y lo acordado, en Tui.  Epílogo anticipado de un trayecto que empezó sin empezar, o cuya fecha de inicio se me ha ido difuminando con cada repetición mental del trayecto. Volver no es regresar, es permitir que lo visto se reescriba en una lengua posterior al acontecimiento. El lugar es el mismo, pero ha aprendido a responder de otro modo. Y yo, si es que sigo siendo yo, no busco cerrar el viaje, sino descubrir si el eco sabe más que la voz. Este poema no intenta decir, sino escuchar. Me lo escribo como quien vuelve a un sitio que ya no lo espera, que ha seguido su curso en otra dirección, como si el regreso llegara siempre con retraso. Lo escribo después de regresar al mismo lugar y descubrir que nada, ni el lugar, ni yo, ni la forma en que ambos nos ignoramos, permanece. Sin embargo, todo está ahí, como si nos espiáramos desde nuestras esencias anteriores, nu...

Profecia salina

Imagen
He terminado la campaña de la renta "in extremis". Muchos sabéis lo que este año ha supuesto para mi, y nada más terminar, me puse a llorar de ALEGRÍA.  Para mí, esta poesía habla de una transformación emocional tan poderosa que se vuelve física. Llorar de alegría no como algo que guardo o disimulo, sino como una fuerza tan inmensa que cambia mi mundo. Como si mi emoción fuera capaz de reconfigurar la geografía. Donde no había mar, ahora huele a sal. No es solo que la sienta… es que se manifiesta. Y yo lo siento así.  Crear consecuencias, cambiar mi entorno, desordenar mi rutina, alterar mi vida. Tiene fuerza creadora. La noto. Y hay algo más, algo que no puedo explicar con lógica. Siento una esperanza rara, fértil, como una fe en lo improbable. Las redes ya están preparadas, las gaviotas ya vuelan. Y no hay mar. Pero aun así sé que va a llegar. Es simplemente mi intuición a pleno rendimiento. No tengo pruebas, pero lo sé. No sé cómo, pero lo sé. Y no es solo por mí que lloro...

¿Qué es lo hondo?

Imagen
  De pronto llega el día en el que algo se detiene y no es el tiempo, sino tú mismo. No estoy hablando de nostalgia, tampoco de tristeza. Bueno, en parte sí, pero es una tristeza bella. No por su contenido, sino por su lugar. No sobra. No interrumpe. Es parte del todo. Simplemente está. Como la sombra bajo un árbol en verano. No puede haber luz sin sombra. No puede haber alegría sin esta forma de calma. Todo cobra sentido cuando la aceptas en su forma completa. Nada cambia en el exterior. Es dentro de ti donde la mirada se transforma. Sin adornos. Sin lucha. Sientes de pronto que la serenidad aparece sola, sin llamarla, como si siempre hubiera estado esperando a que, por fin, le hicieras sitio. La realidad no ha cambiado. Cambia tu forma de mirarla. Hay belleza incluso en lo que duele, cuando dejas de luchar contra ello. Hay luz, aunque sea mínima, cuando comprendes que no todo debe resolverse, que algunas cosas simplemente son. Las cadenas siempre estuvieron flojas. Tú no qu...

No sé si me explico

Imagen
  Hay días en los que hablar es como soplar contra el cristal, con la loca esperanza de que se limpie por dentro. Alguien dice: "no me entiendes", y pienso: "no, pero te creo". Y pienso también: "no, pero te siento", aunque lo que siento no sea lo que tú querías decirme. Hay frases que son mapas de países que no existen, pero igual salimos a buscarlos con los ojos cerrados y el corazón en guardia. Qué difícil es aceptar que tú viste fuego donde yo sólo vi niebla. Y que no se trata de convencer, sino de compartir la ceguera. Sueño con ser un mecanismo preciso, una máquina neutra que escucha y separa los datos de las heridas, los miedos de los mensajes, el dolor del tono de voz. Sueño con no tomar como algo personal cada silencio, cada pausa mal medida, cada palabra que no se parece a la mía. No quiero tener razón. Quiero entender sin necesidad de estar de acuerdo. Quiero abrazar lo que no comprendo como quien adopta una palabra extranjera y la deja vivir en...