Omar Sevocador.
Flaticon Omar Sevocador no es solo un nombre, es la encarnación de ese instante en que el ser se vuelve hacia sí mismo, se convoca desde un lugar interno que no requiere testigos ni aplausos. Es la fuerza silenciosa que recuerda, que evoca lo esencial para poder continuar sin cargas ni ataduras. No es un grito al mundo, sino un susurro propio, una afirmación íntima que abre la puerta a un nuevo comienzo. En ese acto de nombrarse a sí mismo, Omar Sevocador se transforma en el guardián del paso entre lo que fue y lo que será, en el testigo de la transición donde la identidad se reconstruye y se afirma sin necesidad de explicaciones ni justificaciones. Así, ser Sevocador es el acto de existir plenamente en el ahora, sin perder la huella del camino andado, sin miedo a soltar lo que ya no sostiene, y con la libertad serena de elegir hacia dónde seguir. A veces las cosas quedan atrás, sin necesidad de ceremonias ni palabras. Como cuando se deja de regresar a un lugar, aunque nadie haya ce...