Sagitarismo agudo (no se cura, se disfruta)
A ver, humanidad. Que sí, ayer me levanté con el pie izquierdo, el derecho en huelga, el humor en modo apocalipsis y el filtro emocional directamente desconectado. ¿Y qué? Soy sagitario, no un Coach certificado en respirar y no explotar. Tengo días. Como todos. Aunque a veces los míos vienen con efectos especiales. Pero hoy… hoy he vuelto a ser yo. Ahora me siento yo. El yo solar, expansivo, abrazador por WhatsApp y entusiasta nivel “lluvia de purpurina”. El que desea repartir alegría como si tuviera una fábrica clandestina en el alma. Ahora, vamos por partes. Sí, a veces se me escapa la lengua como si tuviera vida propia. Tiene GPS directo al sarcasmo, corre maratones antes de que mi cerebro se despierte y es tan rápida que ya está pidiendo disculpas mientras todavía no entiendo qué dije mal. Pero, por favor, escúchese bien, NUNCA con mala intención. Mi humor viene sin veneno. Mi lengua es viperina, si, pero inofensiva. Es como ese café fuerte que al principio descoloca, pero al f...