Entradas

Mostrando entradas de julio 14, 2025

Sencillez

Imagen
  Lo entendi caminando. No de golpe, no como se entienden las cosas que tienen nombre o teoría, sino del modo en que se digieren los días de lluvia, mojándome un poco más cada vez, hasta que la ropa deja de pesar y el cuerpo, finalmente, se acostumbra. ¡Ay las costumbres! Qué malas compañeras a veces. No sabía por qué andaba. Bueno si, claro que si. Siempre lo sé, aún estando equivocado. Pero lo olvido, y ese olvido, curioso, es precisamente lo que me da  alivio. Si, porque cuando dejas de tener un motivo, todo lo que ocurre deja de decepcionar.  A veces bastaba una fuente de piedra, o un perro ladrando tras una valla vieja que me hacía brincar del susto y luego reírme de mi mismo. Pequeñas cosas. Bastaba el primer café del día, la presencia muda del peregrino que me acompaña, el sonido de su voz señalando que era hora de volver a empezar. Bastaban las sombras frescas de las iglesias, los lavaderos en el camino, incluso lo que no tenían ni gota de agua, las casas con ro...

Amor "bonito"

Imagen
Llamar bonito al amor es coser con hilos de oro una tela que no quiere cerrarse. El amor no nació para vitrinas ni molduras. No adorna. No embellece. No cierra. Pliega. Interrumpe. Deshace. Es más pliegue que superficie, más fractura que promesa. Y “bonito”, tan obediente, tan limpio, tan de catálogo, es el dobladillo prolijo cosido sobre el desgarro. Lo visible cuando se esconde lo que roza, lo que pincha, lo que aún sangra aunque parezca planchado. Hay quien llama bonito al amor que no duele, al que no toca, al que se deja estar sin tocar nada. Pero, ¿qué vínculo real no incomoda alguna parte del yo? ¿Qué roce verdadero no descoloca, aunque sea un poco, aunque sea sin querer? Si existe algo como el amor bonito, no será el que calma, sino el que no exige disfraz. El que se permite ser inútil, torpe, sin destino. Que no completa, no cura, no enseña. Pero tampoco huye. Un amor sin moraleja. Sin escenografía. Donde el temblor no se corrige. Se acompaña. G.G.