La piel del aire - Me (V)
Me recuesto sobre la arena negra. Los pedazos de roca se funden con mi cuerpo como si lo reconocieran. La brisa viene del mar, y el horizonte se despliega ante mi ojos, mirada limpia, sin interrupciones, uniendo cielo y agua en un azul que limita el pensamiento, lo detiene. A un lado, entre las piedras, percibo algo que no me pertenece, me trasciende, un resto de mí mismo que se deja tocar de nuevo. En la quietud, comienza la exploración de lo que existe y lo que simplemente se insinúa. La piel de aire De lo fatuo, la lámpara que jamás se ofrece al cuerpo, simulacro de calor que quema los ojos, espejismo danzando sobre el lodo seco. De lo vacuo, la habitación donde los silencios se niegan, la palabra se hunde en su propio pozo, la esperanza es cristal sin reflejo, y brilla como un espejo ciego. A veces se rozan. Cuando lo hacen: luz que engaña, hueco que engulle, resplandor sin dueño, temblor sin historia, latido que arde, y a veces… a veces, queda sólo el temblo...