PISAR UNA MIERDA TRAE SUERTE
Ayer pasé un día de mierda. MIERDA. De esos que no le deseo a nadie, con un dolor indescriptible, tratando de superar un duelo no cerrado mientras caía en el abismo de otro. En esa soledad para la que no encontré consuelo, busqué compañía, traté de encontrar refugio en otros, pero no encontré lo que necesitaba. Nadie podía ofrecerme la paz que buscaba, ni las palabras que aliviaran mi mente. No tuve más remedio que buscar consuelo en mí mismo, y cuanto lo agradezco. Fue en ese vacío, en ese dolor profundo, donde tomé una decisión: decir ADIÓS . En medio de esa oscuridad, sin refugio en los demás, me encontré cara a cara con la única verdad a la que podía aferrarme: la paz que buscaba solo podría nacer de mi propia aceptación. Decidí entonces decir ADIÓS … a la dependencia, a la expectativa de salvación ajena. Estamos acostumbrados a pensar que la intimidad es algo que debe permanecer oculto, algo que debemos proteger celosamente, como si fuera un tesoro frágil que no puede ver la luz....