Nosotros mercemos ser felices
Soy una persona de sentimiento, impulsiva, pero pura. Me equivoco muchas veces, aunque jamás con la intención de hacer daño. No puedo callarme las cosas que me molestan, porque al final se enquistan (hubo un tiempo en que si, en que el silencio, jugaba como mi mejor aliado, sin serlo). Es mejor dejar las cosas claras y si hay equilibrio, perfecto, y sino lo hay... a volar. Esta poesía, se la dedico a todas aquellas personas que decidan acompañarme en el camino, pero en especial, muy especialmente a quién ya decidió caminar del otro lado de la acera, pendiente, pero dejándonos ser quienes somos. Espero que os guste. Nosotros merecemos ser felices. Hubo un tiempo en que creí que la felicidad era un sueño distante, un reflejo en el agua que se deshacía al tocarlo, pero aprendí que la dicha no es un relámpago que cae del cielo, sino la brasa que arde en las manos de quien la cuida. No fue fácil llegar hasta aquí, hubo senderos que se cerraron detrás de mí y nombres que el viento arras...