Sarcasmo
Será que me recuerda que el lenguaje
no nació para decir la verdad,
sino para decirla mal.
no nació para decir la verdad,
sino para decirla mal.
Me hace reír,
y no un poco, no.
Me hace reír con esa risa que cura
la úlcera que provoca tomarse en serio sin necesidad.
Esa risa que descompone lo solemne,
como una carcajada en mitad de un funeral.
La ironía es mi deporte de riesgo favorito.
Uno se lanza con la frase más obvia,
y aterriza en lo opuesto sin despeinarse,
la ironía es una flor invertida, como las brevas,
el primer fruto del intelecto.
No requiere más herramientas,
que un tono y una pausa,
pero ¡ay!
El que no entienda el código,
lo tomará personal,
lo convertirá en drama,
entonces la risa se vuelve clandestina,
a veces, un secreto a voces.
Me encanta el arte de decir lo que no es,
tan cargado de verdad,
que sólo los atentos la escuchan.
Como si la auto-censura,
no te permitiera hablar de frente
y necesitaras un espejo roto
para mostrarte entero.
no te permitiera hablar de frente
y necesitaras un espejo roto
para mostrarte entero.
G.G.

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