Gracias, gracias, muchísimas gracias
Gracias por nada, por todo, por lo que no pedí y por lo que jamás recibiré.
Gracias por ese mensaje sin leer, por el café frío, por la puerta cerrada en mi cara.
Gracias por fingir interés, por el ‘te llamo’ que nunca llega, por el abrazo de
aire.
Gracias por el favor que nunca hiciste, pero oye, qué detalle
mencionarlo.
Gracias por el consejo que no pedí, por la sugerencia brillante de ‘tienes que
relajarte’.
Gracias por la oportunidad… de esperar sentado.
Gracias por la sonrisa automática, por el "qué majo" sin
ganas, por el "qué ilusión" sin ilusión, por el "qué bien te veo"
cuando se nota que no.
Gracias por el "qué rico" a la comida insípida, por el "me encanta" a lo que da igual, por el "qué alegría" con ojos de lunes.
Gracias por la ovación de cortesía, por el aplauso enlatado, por el "qué bonito" a lo que no miraste, por el "qué suerte tienes" sin conocer la
historia.
Gracias, gracias, de verdad, de corazón…(es un decir).
Gracias por hacer de "gracias" la palabra más hueca,
la más usada, la menos sentida.
Gracias por repetirla tanto que suena a ruido blanco.
Y sobre todo, gracias a mí, por seguir dándole vueltas.
G.G.
De nada.
ResponderEliminarTan de nada que ni nos enteramos de ello.
Debe ser por que siempre se contesta por un gracias, un de nada, en lugar de un lo siento.