Aburrimiento
No creo que el
aburrimiento sea, como tantas veces se repite, una falta de estímulos o una
ausencia de ocupación. Tampoco lo confundo con la contemplación, que para mí, a
diferencia de quienes la degradan con ligereza, es un acto altísimo de
presencia, un modo de estar en el mundo con todos los sentidos disponibles. El
aburrimiento al que me refiero es otra cosa. Más sutil, más grave, más
íntimo.
Es el síntoma de un desequilibrio profundo entre cuerpo y pensamiento. Como si
en lugar de colaborar, se boicotearan mutuamente. El cuerpo pide moverse, pero
no encuentra dirección. El pensamiento gira, pero sin eje. Y entre ambos, como
un puente cortado por la mitad, queda un vacío lleno de ruido. No es silencio.
Me viene a la cabeza el poema corto de Fina García Marruz, "Cine
mudo", y cito, "No es que
falte el sonido, es que tiene el silencio", y no por relacionarlo con el
aburrimiento que pretendo mostrar, sino por contraponerlo. El aburrimiento del
que hablo, es un zumbido de fondo que no permite descansar. Una especie de
inquietud estancada.
El aburrimiento, tal como pretendo exponerlo, no es una espera ni una tregua.
Es una forma encubierta de violencia. A mi entender, sin pretender sentar
cátedra, la imposibilidad de habitarse con coherencia. No hay una voz interior
clara, ni tampoco un cuerpo que la respalde. Lo que hay es un desfile de ideas
inconexas, impulsos mal afinados, y una fatiga que no proviene del esfuerzo, sino
de su ausencia.
En ese estado, la paz no se alcanza no porque esté lejos, sino porque no hay
sistema interno capaz de integrarla. El cuerpo está alerta pero sin propósito.
La mente piensa pero no asienta. Y así, cada intento de calma se convierte en
una impostura. Ese tipo de aburrimiento, que he de decir con honestidad he
sentido en algún momento, te hace parecer ser un instrumento desafinado que no
logra emitir una nota limpia, aunque las cuerdas estén intactas.
Por eso no asocio el aburrimiento con la quietud, ni con la falta de cosas por
hacer. Lo asocio con el fracaso de una armonía más esencial, mas profunda, la
que debería existir entre lo que uno siente, lo que uno piensa y lo que uno es
capaz de sostener. El aburrimiento aparece cuando no hay cauce, cuando todo
deseo se diluye antes de tomar forma, y toda posibilidad de reposo se convierte
en inquietud sin causa.
No busco erradicar el aburrimiento como quien elimina una molestia. Más bien
intento comprenderlo como un mensaje cifrado. Ayer mismo tuve una conversación
sobre diferentes interpretaciones del concepto, y como es habitual últimamente,
cuando algo se queda dando saltos entre mis escasas neuronas, como si del juego
del truque se tratara, siento que algo me está diciendo que debo sentarme a meditar
sobre el desacuerdo interno que la conversación mantenida ha provocado en mi.
La falta de paz no es un azar.
Es una estructura rota que todos deberiamos aprender a reparar.
G.G.

Cuánta verdad! 😍😍
ResponderEliminarSoy Luz! Jajajaja
EliminarJajajaja. Gracias hermana
EliminarMe ha encantado!!
ResponderEliminarGracias Virginia
ResponderEliminarLo has bordado. Como siempre.
ResponderEliminarGracias desconocida
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