DRAMA (en mayúsculas, como debe ser)
He llorado porque se acabó el café. Y porque el cielo está nublado, como mi vida. He gritado en silencio (porque hay vecinos). He declarado una guerra contra el espejo. Perdí. Me senté en el sofá como si fuera el trono de mis desgracias. El mando no tenía pilas. El destino también falla. Le dije a la planta que ya no podía más. Me ignoró. Otra traición. Hoy me puse negro. No de luto. De estilo. Para estar triste, pero con presencia. Dramáticamente, abrí la ventana. Me dio frío. La cerré. No todo es metáfora. He escrito cuatro mensajes que no envié. Uno decía “ok.” Otro, “me has destrozado.” El tercero, “xd.” El cuarto era un audio. Lo borré por dignidad (mentira, por cobardía). He decidido no volver a amar. Hasta el martes. El corazón tiene mala memoria. Mi tragedia es estética. Mi caos, programado. Mi lágrima, influencer. Y así, entre suspiros y snacks, construyo mi leyenda. No me mires así. Estoy sufriendo, con estilo. G.G