Claveles

 


Claveles

Durante dos años,
brotaron con la furia de lo indómito,
como si la terraza fuera selva,
como si el Amazonas se hubiera instalado
en un rincón de barro y maceta.
No eran flores, eran impulso,
la voluntad encarnada en tallos rojos
preludio de sangre.

Pactaron con el invierno,
domaron el sol que partía los suelos,
se alzaron como si supieran
que la vida no se mide en estaciones,
sino en la necesidad de ser.

Y entonces marzo.
El viento del norte,
como una sentencia sin juez,
las barrió por completo.
No murieron.
Cayeron. Sí cayeron.

Ahora,
como promesa incierta en primavera,
he plantado dos esquejes,
herederos mínimos de su bravura.
No sé si crecerán,
no sé si recordarán quiénes fueron.

Lo que realmente importa,
no es si crecen o caen,
sino si, al final,
llevan consigo la fuerza de lo vivido.

 G.G.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Gracias, gracias, muchísimas gracias

Por la belleza. Gracias.

El verdadero camino está en nuestro interior