Habitante Invisible de Jorge Enrique González Pacheco (Cuba, 1969) (Traducido al inglés por Jorge al final del texto)


 

Conocer a Jorge Enrique González Pacheco fue una experiencia reveladora, una que ya me transmitió la misma energía que ahora encuentro en su poesía. Desde el primer momento en que le conocí, su presencia emanaba una intensidad serena, una energía que se siente profundamente. Esa serenidad y su aparente sencillez esconden una complejidad absoluta, algo que solo se puede comprender cuando se profundiza en sus palabras. Al leer Habitante Invisible, un libro que, a pesar de su aparente calma, se revela como una montaña de emociones, de pensamientos y de reflexiones profundas.

Habitante Invisible, publicado en 2020 por Deslinde Ediciones, no es solo un libro de poesía. Es un viaje hacia lo invisible, hacia lo que se esconde detrás de cada palabra, de cada silencio. Porque las palabras, no son sólo palabras, ya lo decía Nietzsche, las palabras están cargadas de poder, valores y perspectivas que reflejan las estructuras sociales, culturales e incluso los conflictos internos del individuo. En sus versos, Jorge Enrique es capaz de desmantelar el alma humana, mostrándonos lo que pocos se atreven a explorar. Cada página está llena de esa misma serenidad que encontré en él, pero con la diferencia de que en el libro se desvela una complejidad interna que va mucho más allá de lo que se puede ver a simple vista.

Mi camino con la poesía es reciente, y es algo que he retomado después de muchos años de distancia. Vengo de un mundo de ciencias, donde no se cultiva la misma sensibilidad que en las letras, y siento que aún me falta mucho para alcanzar la profundidad de su escritura. Mi formación no tiene el currículum ni el peso académico que Jorge Enrique ha logrado construir a lo largo de los años. Sin embargo, su poesía me impulsa a ir más allá de lo que he hecho, a atreverme a sacar mucho más de lo que ya doy, a ir en busca de un significado más profundo y auténtico en mis propios versos.

Leer “Gota sobre mi juventud”, precisamente en este momento de mi vida, en el que tanto estoy trabajando para entenderme mejor, me recuerda que ya no necesito caminar con peso del pasado. Desconozco que pensaba Jorge en el momento de escribirla, pero a mí me llevó a reflexionar sobre la juventud, cuestionando la construcción de identidad y la influencia del entorno, a través de la fragilidad, pero también la resistencia, de una simple gota, para hacerme entender, que si las expectativas sociales y las experiencias, pueden moldearnos, también nos invitan a desafiar la esencia individual.

A pesar de que mi estilo puede estar más cercano a la claridad y la directividad (me encanta esta palabra que nunca utilizo, me la enseño un amigo psicoanalista, unos días atrás), a lo simple y lo inmediato, leer Habitante Invisible me empuja a pensar que siempre hay algo más por descubrir, algo más por arriesgar, algo más por decir. Jorge Enrique, con su poesía, me demuestra que la belleza de las palabras no radica solo en su complejidad técnica, sino en su capacidad para tocar lo más profundo del ser, en cómo nos enfrentamos a las emociones, al dolor, a la vulnerabilidad, sin miedo a mostrarlas.

Lo que más me ha impactado de lo que llevo leído del libro, porque hay que leerlo con calma, concentración y repitiendo una y otra vez cada verso para interpretar (re-interpretar) el significado de cada frase, es cómo Jorge Enrique puede transformar el sufrimiento, la reflexión, y la lucha interna, en algo tangible, algo que puedes sentir sin entenderlo todo. No creo que Jorge Enrique pretenda que los lectores comprendamos todo al instante, sino que nos invite a explorar lo invisible, lo oculto en nuestro interior, y a entender que, aunque no siempre podamos explicarlo, hay algo que sigue latiendo en nosotros. Y es esa incomodidad, esa fuerza contenida, lo que hace que su poesía sea tan poderosa.

Cada verso de Habitante Invisible es como una llamada a sentir más, a ser más consciente de lo que está ahí, de lo que habita en los rincones más oscuros de nuestro ser. Y, aunque mis propios versos no lleguen a la complejidad que tiene la obra de Jorge Enrique, su ejemplo me anima a dar un paso adelante, a no tener miedo de profundizar, de arriesgarme a sacar más de lo que parece, a mirar más allá de lo que es evidente.

A través de esta obra, Jorge Enrique me ha enseñado que no importa si mi estilo es más claro o directo. Lo importante es que puedo encontrar una forma de transmitir lo que siento, sin miedo a la complejidad, a la sencillez, o a lo que los demás piensen.

Porque, al final, la poesía es eso: un acto de liberación, un camino en el que no se sabe nunca todo, pero donde siempre hay algo nuevo por descubrir, por sentir, por vivir.

 

G.G.


Jorge Enrique ha dedicado su tiempo a traducir mi escrito al inglés y me lo ha hecho llegar hace unos minutos (11/04/2025). Es un honor. No tengo palabras de agradecimiento.

Meeting Jorge Enrique González Pacheco was a revealing experience, one that immediately conveyed the same energy I now find in his poetry. From the very first moment I met him, his presence radiated a serene intensity, a deeply felt energy. That serenity and his apparent simplicity conceal an absolute complexity, something one can only understand by diving into his words. When reading Habitante Invisible, a book that, despite its apparent calm, unfolds as a mountain of emotions, thoughts, and deep reflections.

Habitante Invisible, published in 2020 by Deslinde Ediciones, is not just a book of poetry. It’s a journey into the invisible, into what hides behind every word, every silence. Because words are not just words, Nietzsche said it himself, words are loaded with power, values, and perspectives that reflect social and cultural structures, and even the internal conflicts of the individual. In his verses, Jorge Enrique is able to dismantle the human soul, showing us what few dare to explore. Every page is filled with the same serenity I found in him, but with the difference that, in the book, an internal complexity is revealed that goes far beyond what one can see on the surface.

My journey with poetry is recent, something I’ve returned to after many years away. I come from a world of science, where the same sensitivity cultivated in literature is not nurtured, and I feel I still have a long way to go to reach the depth of his writing. My background doesn’t have the academic weight or curriculum that Jorge Enrique has built over the years. However, his poetry pushes me to go beyond what I’ve done, to dare to draw more out of myself, to search for a deeper and more authentic meaning in my own verses.

Reading "Gota sobre mi juventud", especially at this moment in my life when I’m working so hard to understand myself better, reminds me that I no longer need to walk with the weight of the past. I don’t know what Jorge was thinking when he wrote it, but it led me to reflect on youth, questioning the construction of identity and the influence of our surroundings, through the fragility, but also the resilience, of a simple drop. It helped me understand that if social expectations and experiences can shape us, they also invite us to challenge our individual essence.

Even though my style may lean more towards clarity and directiveness (I love this word I never use, it was taught to me by a psychoanalyst friend a few days ago), towards simplicity and immediacy, reading Habitante Invisible pushes me to think that there’s always something more to discover, something more to risk, something more to say. Jorge Enrique, through his poetry, shows me that the beauty of words does not lie solely in their technical complexity, but in their ability to touch the deepest parts of our being—in how we confront emotions, pain, vulnerability, without fear of showing them.

What has impacted me most about what I’ve read so far, because it must be read slowly, with concentration, and by repeating each verse over and over to interpret (and re-interpret) the meaning of each phrase—is how Jorge Enrique can transform suffering, reflection, and internal struggle into something tangible, something you can feel even if you don’t understand it all. I don’t think Jorge Enrique expects readers to grasp everything instantly, but rather that he invites us to explore the invisible, what is hidden within us, and to understand that even if we can’t always explain it, there’s something still beating inside us. And it’s that discomfort, that contained force, that makes his poetry so powerful.

Every verse of Habitante Invisible is like a call to feel more, to become more aware of what’s there, of what lives in the darkest corners of our being. And even though my own verses may not reach the complexity of Jorge Enrique’s work, his example encourages me to take a step forward, to not be afraid to dig deeper, to dare to bring out more than what appears, to look beyond what is obvious.

Through this work, Jorge Enrique has taught me that it doesn’t matter if my style is clearer or more direct. What matters is that I can find a way to express what I feel, without fear of complexity, of simplicity, or of what others may think.

Because, in the end, that’s what poetry is: an act of liberation, a path where you never know everything, but where there is always something new to discover, to feel, to live.

 

 

Graciliano Rodríguez Gabriel (Madrid, 1970). Philosopher. Holds a degree in Economics from the Complutense University of Madrid.


Comentarios

  1. Jorge Enrique González Pacheco11 de abril de 2025 a las 1:23

    Muchísimas gracias, aprecio enormemente que me leas y te interese por lo poco que humane humanamente hago para aportar mi granito de vida a esta existencia. Un abrazo grande. www.jorgeenrique.net

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  2. Sigue, hermano, sigue...Sigue.. abrazos 😚

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