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Mostrando entradas de febrero, 2025

El peso de las piedras

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  Yo, en mi línea. Ayer, un amigo me comentó si, en un determinado momento de mi vida, decidiría borrar el contenido que he subido a lo largo de ella, con el fin de borrar el rastro de tiempos pasados. No sé si con la intención de darle al futuro una nueva oportunidad o con la de mantener cierta discreción (que, en realidad, cuestiono) frente a personas que puedan formar parte de mi vida en adelante. Le doy vueltas a todo, y dar vueltas es dar bandazos. Entonces, me levanto, me pongo a pensar, a escribir notas, a investigar lo que dicen otros al respecto, y me entran las ganas de escribirlo y lanzar mis reflexiones al mundo.   Aquí os dejo lo que hoy pienso.   El camino no se borra. Hay quienes intentan alisar la tierra, borrar las huellas, recoger las piedras que un día hicieron sangrar sus pies. Pero la memoria es tozuda: lo que fue no deja de ser porque se oculte. Y entonces, ¿qué hacemos con las redes sociales, ese escaparate en el que colocamos solo lo que...

Inerme

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Esta poesía la comencé a escribir hace algún tiempo. Sinceramente, nunca imaginé que llegaría a ver la luz. Eran solo pensamientos inconexos, reflexiones propias de alguien que no es capaz de no cuestionarse todo lo que siente, pero sin saber a ciencia cierta si lo que experimenta era realidad o sueño. Anoche me costaba dormir y, como es habitual en mí, cuando no duermo, me encuentro sumido en pensamientos, análisis, estructuras, y estableciendo las bases del camino por seguir. Podría haber esperado para incluirla en el libro de poesía que estoy preparando para publicar, pero creo que debe formar parte de Cosas de la vida by GG, y salir a luz en este momento. . Inerme La tristeza no llega en un golpe abrupto, sino como una neblina densa que se extiende en el alma, como una marea que avanza sin prisa, absorbiendo todo sin que el cuerpo logre defenderse.   Desvanecen los colores, la música se hace distante, el reflejo del espejo no responde, y el rostro que devuel...

A los que ya no me importan, que son muchos

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Escribo en segunda persona porque me lo digo a mí mismo, porque las palabras que otros me lanzan con la intención de ayudarme, esas que ya me repetía mi madre como mantras olvidados, parecen caer en el vacío. Se disuelven, como agua entre los dedos, como el sol al final del día, sin dejar rastro. Sin embargo, las palabras que ahora brotan de mi pluma, esas que surgen del fondo de mi ser, son como piedras que al caer hacen mella en el abismo de mi alma. Si, mi alma, mi razón, mi esencia.  Son estas las que resuenan y se quedan, las que reverberan con la fuerza de una tormenta que se avecina y que tras ella todo ser á distinto. Estas palabras son las que, al fin, me dicen lo que siempre supe pero no me atreví a reconocer. Ahora es el momento de mirarme y abrazar mi propio reflejo. Y si, se trata de un escrito de rabia. Lo es. De una rabia que no es mía y no la quiero. De una rabia, que aquí libero y dejo. Pero no sólo es eso.   Llevas tiempo jodido, en una lucha interna entre lo...

El cansancio me habita

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El cansancio me habita, no en los músculos,  no en los huesos, sino en los días que pesan más de lo que duran, en las horas que se aferran a mi sombra. El cansancio me habita, arrastro conmigo lo que fui, las palabras que dije y las que callé, las batallas sin tregua, los nombres que el tiempo no quiso borrar. El cansancio me habita, no sé qué soltar para aligerar el paso, qué recuerdos merecen quedarse, qué heridas ya no me enseñan nada, qué miedos aún tienen algo que decirme. El cansancio me habita. Solo sé que el cansancio me habita. Me acompaña. G.G.

Soy filósofo, soy artista, soy lo que soy...

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Detalle de "El piano". P. Picasso   La poesía, como cualquier forma de arte, es una expresión profunda de lo que somos. Un pintor muestra su visión a través de la imagen, un actor a través de la acción, y los poetas lo hacemos con palabras. Cada forma es igualmente válida para transmitir la esencia del ser, y cada una, en su desnudez, es un acto de valentía.   La poesía no es una simple exposición de intimidades; es un reflejo sincero de la experiencia humana, una liberación de lo que se lleva dentro. Si un artista puede desnudarse en su obra, nosotros, los poetas, tenemos la misma libertad para hacerlo en la nuestra. ¿Y cuál es el problema con eso? El arte no está aquí para esconder lo que duele, sino para mostrarlo tal como es, sin filtros.  La verdadera fuerza del arte radica en su autenticidad y en la libertad de quien lo crea. A mi querida hermana María José. Membranas rotas El sol trepa por mis párpados como una grieta en la piedra, abriendo fisuras e...

La pureza absoluta del ser

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La pureza no es un reflejo inalcanzable ni una corona dorada que se posa sobre aquellos que caminan en la senda recta. No es la ausencia de error ni el peso de una perfección ficticia. La pureza es el latido sincero que se oculta en la oscuridad, la luz que emerge entre las grietas, la fragancia que escapa del ser cuando se permite ser, sin reservas, sin máscaras. Es el agua que danza sin miedo a perderse en el río, porque sabe que en su corriente no se diluye, sino que se transforma, se fusiona con la esencia misma de la vida. Es la brisa que acaricia las hojas sin pretensión de cambiar su curso, el fuego que arde sin pedir permiso, sin esconderse ante la tormenta. La pureza no se fragua en la rigidez de un molde, sino en la fluidez del ser que se da sin temor a perderse. Nos han enseñado que la pureza es abstinencia, que se halla en la negación de los deseos y en la quietud del control. Pero la verdadera pureza no es la negación, sino la entrega sin reservas, el gesto honesto, la tra...

El verdadero camino está en nuestro interior

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  A lo largo de la vida, nos encontramos con muchos espejos. Algunos reflejan lo que somos, otros lo que desearíamos ser, y algunos más nos muestran un rostro que nos resulta ajeno. En ese juego de reflejos, la tarea más difícil es reconocer quiénes somos realmente, sin dejar que las expectativas del mundo nos transformen en algo que no somos. Cada paso, cada decisión, cada encuentro es una oportunidad para reafirmar nuestra esencia, pero también para cuestionarla, para despojarla de capas que no nos pertenecen. La vida no es una línea recta, ni un camino pavimentado y claro. A menudo es un sendero incierto, lleno de bifurcaciones, de giros inesperados. Hay momentos en los que sentimos que nos perdemos, que nos arrastramos por la corriente sin saber si estamos avanzando o retrocediendo. Pero en esos momentos de aparente confusión, también se esconde la oportunidad de renacer, de reconstruirnos, de aprender. La verdadera fuerza no está en no caer, sino en levantarse una y otr...

La alegria de ser

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Hay días en los que la vida es un resplandor limpio, una mano tibia que se apoya en la espalda y nos empuja suavemente hacia la luz. Días en los que el aire huele a pan recién horneado, y caminar por la calle es casi un baile, porque todo—el viento, las hojas, la gente que pasa— parece moverse con la música de algo invisible. Ser, a veces, es esto: reír sin darnos cuenta, sentir la piel erizarse al escuchar una voz querida, dejarse tocar por el sol como si nos conociera de siempre. Es mirar a alguien a los ojos y saber que ahí, justo ahí, hay un refugio donde el mundo se aquieta. Pero la alegría no es un himno constante, no es un destello que arde sin tregua. Hay días en los que cuesta encontrarla, donde todo parece hueco, donde el tiempo pesa más de la cuenta. Y, aun así, sin que lo pidamos, regresa. A veces en la espuma del café que se enrosca sobre sí misma, en la carcajada inesperada en mitad del cansancio, en la brisa que entra por la ventana y nos toca la cara como una madre dist...

La grieta en el código: identidad y resistencia en la era digital.

Nos enseñaron a existir en reflejos, a mirar nuestra propia imagen a través de los ojos ajenos. Nos dijeron que éramos libres, pero nos dieron solo dos o tres formas de ser. Nos vistieron con discursos heredados, nos nombraron con etiquetas que otros diseñaron. Nos prometieron conexión, pero nos dieron una red donde colgar nuestras sombras. El poder, nos diría Foucault, no se impone con cadenas visibles. Es más sutil: se infiltra en la lengua, en la norma, en la mirada que dicta qué es digno de mostrarse y qué debe ocultarse. En las redes sociales, el panóptico es un algoritmo que premia la complacencia y castiga la diferencia. Pero hay quienes resisten. Quienes habitan el margen del código, quienes rehúsan la docilidad de los filtros, quienes hacen de su cuerpo un manifiesto, de su identidad un territorio indomable. Allí donde el poder quiere imponer su orden, nacen grietas, espacios de disidencia, huecos donde florece lo inesperado. Y en el amor, ¿somos realmente libres? Sartre ...

El panóptico de luz y sombra

Foucault me advirtió: no hace falta una celda para ser prisionero, basta con saberse observado. Antes, el poder tenía muros, torres que erguían su vigilancia como un ojo omnipresente. Hoy, el panóptico es luz, una pantalla que nos invita a hablar, a mostrarnos, a confesar quiénes somos. No hay carcelero, solo la mirada de muchos, un algoritmo que decide qué versión de mí merece ser vista, cuántos clics vale mi existencia. Me dijeron que era libre, pero entendí que la jaula es transparente, que la vigilancia no impone grilletes, sino deseos: Ser visto, ser validado, ser aceptado. Nos volvimos nuestros propios centinelas, ajustando gestos, palabras, editando el yo hasta encajar en la norma. Pero si el panóptico es luz, la resistencia habita en la sombra. La fuga no es desaparecer, sino multiplicarse. No soy un perfil, soy el rugir de muchas voces, el error en el código, la grieta en la red. En cada anonimato estratégico, en cada silencio elegido, en cada ...

La imposibilidad de decir exactamente lo que queremos decir

La s palabras parecen acercarnos, pero en realidad nos alejan. No llegan intactas, no se entregan puras. Se deforman en el aire, se deslizan en la ambigüedad y, al final, cada uno escucha lo que puede, lo que quiere o lo que teme. Derrida nos mostró que el lenguaje nunca es completamente estable: una palabra no tiene un significado fijo porque siempre está en relación con otras palabras, siempre depende del contexto y del instante en que se dice. Nunca logramos capturar el sentido total de lo que queremos expresar porque el significado siempre se aplaza, se posterga. A esto lo llamó différance: la diferencia y la demora del significado, la imposibilidad de fijar una verdad última en las palabras. Pero si el lenguaje ya es inestable en sí mismo, ¿qué sucede cuando además nos resistimos a usar las palabras exactas? No porque no las encontremos, sino porque sabemos demasiado bien cuáles serían. Porque al decirlas, ya no podríamos ocultarnos detrás de la ambigüedad, ya no podríamos jugar c...

Por la belleza. Gracias.

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"A todas las personas que han formado parte de mi vida, con un cariño especial para mi querida prima Paloma, cuya presencia en la distancia, me ha inspirado a terminar este proyecto hoy." Gracias. Por cada instante,  por cada grieta,  por cada sol que me despertó y cada noche que me abrazó en su sombra. Por las veces que caí,  por las veces que dudé,  por las veces que no supe quién era  y por aquellas en las que me encontré sin querer. Gracias. Por los que llegaron  y por los que se fueron, por quienes me amaron sin medida  y por quienes no supieron cómo hacerlo. Por los abrazos inesperados,  por las miradas que dijeron más que mil palabras, por las despedidas que parecían finales  y fueron comienzos disfrazados. Gracias. Por cada palabra que sanó,  por cada silencio que enseñó. Por los errores,  por los aciertos,  por lo que nunca entendí  y por lo que un día dejó de doler. Por los caminos que me desviaron,  por los...

Contrato de navegación sentimental

Un día cualquiera, de una relación cualquiera,  —       Pero ¿qué somos? Ella deja caer la pregunta con la cucharilla atrapada entre los dedos. La revuelve en su café sin azúcar, aunque ya no queda nada por disolver. No es la primera vez que lo pregunta. No es la primera vez que no obtiene la respuesta que quiere. Él ladea la cabeza. No porque no lo haya pensado, sino porque sabe que ninguna respuesta será suficiente. —       Somos dos personas que pasan tiempo juntas. Ella resopla. —       Eso no significa nada. —       ¿Y si no tiene que significar nada? Ella aprieta los labios. Podría soltar un discurso. Hablar de la importancia de definir, de ordenar, de saber en qué punto están para saber qué esperar, cómo actuar, qué hacer con todo esto que llevan meses construyendo. Porque han construido algo. Claro que sí. Pero sin manual de instrucciones. Sin planos. Sin ac...