Entradas

cuidar de mi (locura)

Imagen
no sé si estoy cambiando, o si solo me estoy perdiendo distinto todo lo que intento entender, se escapa antes de que lo mire bien hay momentos en los que parezco estar, pero no estoy  no hay dolor, pero tampoco hay centro me muevo por inercia, aunque no crea en el destino, aunque no crea en casi nada  he dejado de explicarme, porque nada suena cierto cuando lo digo me habito a medias, como si temiera ocuparme del todo no espero respuestas, pero igual pregunto algo tiene que romperse, o quizá ya se rompió y esto es solo lo que queda,  y aún así hay una especie de calma en no tener que ser nada para nadie en este lugar sin testigos, sin exigencias, sin más responsabilidad que cuidar de mi propia locura  y aunque no lo diga en voz alta, sé que estoy mejor no quiero cuidar a nadie ni que me cuiden, solo compartir y que me compartan cierro puertas pero abro ventanas los corazones vuelven, ellos no exigen, vienen sin disfraz, es lo más parecido a la verdad ese, ese es mi t...

Estás aqui. Y eso basta Manolete.

Imagen
  No hace falta que corras. No tienes que buscar respuestas fuera. No tienes que demostrar nada. Solo quedarte. Respirar. Escuchar. Estás donde estás porque este es el lugar al que tenías que llegar para empezar a comprender. Para saber, por fin, que no se trata de llenar vacíos, ni de perseguir sombras, ni de insistir en caminos que no llevan a ningún sitio. Se trata de estar. De habitarte. De dejar de huir. No tienes que salvarte en alguien. No tienes que justificar la tristeza. Solo tienes que reconocerte. Sentir el peso exacto de lo que eres. Y sostenerlo. La calma no es algo que te van a dar. Es un lugar al que regresas cuando dejas de mentirte. Cuando te miras con verdad. Cuando aceptas que a veces lo único necesario es no moverse, no correr, no pedir. Solo estar. Estás No corras. No preguntes. No intentes entenderlo todo de golpe. Hay un lugar en ti que no exige, que no reclama certezas, que solo te pide presencia. Quédate. Aunque duela. Aunque el silencio arda. Aunque el cu...

El amor. De lo vivido a lo escrito.

Imagen
  A veces me pregunto por qué llamamos "amor" a cosas tan distintas. Se disfraza, cambia de idioma, de forma, de cuerpo, y sin embargo, cuando lo siento, lo reconozco. No tiene que ver con mariposas en el estómago ni con promesas eternas dichas al oído. Tiene que ver con la paz silenciosa de estar cerca de alguien sin tener que explicar nada. Con la seguridad tranquila de que el amor verdadero no hace ruido, pero tampoco se esconde. Amar no es tener. Es mirar al otro como se mira el vuelo de un pájaro, con respeto, con admiración, sabiendo que no pertenece a nadie. Y si vuelve, es porque quiere, no porque debe. Y eso, precisamente eso, es lo que lo hace real. He comprendido que el amor no siempre es entendible. A veces se vive en lo incompleto, en lo que no se dice, en lo que no se puede controlar. A veces se ama sin saber cómo, simplemente estando. Estando incluso en la confusión, en la duda, en la distancia. Y así lo elijo. No por ser perfecto, sino por ser humano. ...

Evelyn. Si, Evelyn. @evelyncorv

Imagen
De repente, todo lo aprendido se repliega como una hoja al final del día, y queda solo el cuerpo, y queda solo el temblor. Han sido dos largos años en los que he buscado respuestas con una constancia que duele. Me matriculé en un máster en filosofía contemporánea como quien necesita entender el mundo para poder entenderse a sí mismo. No era la erudición lo que perseguía, sino una forma de contención; una estructura donde la razón pudiera abrazar el caos. Pensé que, tal vez, en alguna teoría ajena encontraría la costura exacta donde unir lo que soy con lo que siento. Compré El Monte de Lydia Cabrera hace más de un año. Empecé a leerlo sin entender casi nada, como si me enfrentara a un lenguaje antiguo escrito en el fondo de mi sangre, pero en clave desconocida. Fue una amiga la que me enseñó a consultarlo como diccionario en mano, a usarlo como quien consulta un oráculo. Y entonces entendí que no estaba leyendo un libro, sino escuchando una melodía ancestral que, desde lo hondo, inte...

Sin reflejo

Imagen
No te quiero porque me devuelvas lo que soy, ni porque al mirarte vea una versión mejor de mí. Querer no es buscar un espejo limpio, ni esperar que el otro confirme que existo. Te quiero porque no eres reflejo, sino materia. Y eso me obliga a pensarme desde fuera, a reconstruirme sin necesitar copiarme en tus ojos. Estás ahí, no para completarme, sino para interrumpir la idea que tengo de mí mismo. Y aun así, te elijo. Eso es priorizar, no porque me entiendas, sino porque al no entenderme del todo, me das espacio para seguir buscando. G.G.

Que hablen TODAS. Jaleo, y las "otras" tres.

Imagen
JALEO 1. Alboroto molesto. 2. Desorden o confusión. 3. Problema o lío.  Y por fin... 4.  Jaleo flamenco. Arte. Entusiasmo. Aplausos. Gritos de ánimo. Palmas. Celebración. Acompañamiento. Cuatro acepciones. Tres negativas. Una positiva. Así lo hemos repartido, organizando el lenguaje por decencia. Como si el lenguaje no fuera un campo de batalla y al mismo tiempo un refugio. Como si existiera algo así como “la forma correcta” de decir. Aquí estamos,  poniendo límites a la libertad. Pero todo puede cambiar si lo miramos distinto. Lo que uno llama problema, otro lo nombra arte. Lo que para ti es follón, para mí es liberación.  El lenguaje no es lo que se dice, sino cómo lo recibe quien lo escucha, quién lo dice, cuándo lo vive. Nada es definitivo. Las palabras se deforman, se escapan, se manchan de piel, de historia, de rabia, de deseo. Jaleo no es excepción, sino mas bien el ejemplo.  Y sí, puede ser alboroto. Y sí, puede ser desorden. Pero también es duende, sang...

Brillar(se)

Imagen
Vamos a romper el lenguaje. A decir, vida, ¡VIDA!, vida como grito, como tambor que estalla en el pecho. Sol en los ojos, sin gafas, sin filtro, sin excusas. Vamos a comernos las flores. Deshojarlas al revés, me quiero, me quiero, me quiero, porque aquí ya nadie duda. Y si duda, que lo diga bailando. No más versos tristes que lloran por ausencias. Hoy el amor es un pacto tribal, de piel a piel, sin promesas pero con ganas. Un yo sin condicionales, sin subjuntivos, sin distancia prudente. Vamos a celebrar el milagro de ser, así, íntegro, vivo, radiante. Rompamos los relojes, que el tiempo no mide esto. Rompamos las reglas, el amor no es una ecuación, es un incendio con flor en la punta. Hoy el poema no termina, se queda vibrando, latiendo, queriendo. Porque el amor, este amor, es correspondido. Y eso lo cambia TODO. G.G.