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Témelo, témelo, sedúcelo.

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"να τον φοβάσαι, να τον φοβάσαι, να τον σαγηνεύεις" (Témelo, témelo, sedúcelo)  Esta frase en griego, absurda, traducida con Google, pretende capturar el sentimiento de lo incierto, la duda, la necesidad de acercarse a lo desconocido, aunque no se sepa hacia dónde llevarán los pasos.  Ayer a un amigo le hice llegar un poema sin tildes, con la intención de demostrar que si seguimos deconstruyendo todo, si llegamos a deconstruir el lenguaje, nos quedaremos sin nada para comunicarnos, perdiendo todo lo que tenemos. Pero ahora, quiero plantearme, si podemos entendernos con menos. Pretendo que penseis en la ambigüedad que existe entre el miedo y la fascinación. "Témelo, témelo, sedúcelo", es una invitación para que os acerqueis a lo que os asusta, a lo que no entendeis y, de alguna manera, os dejéis seducir. Vamos a jugar entre lo que nos atrae y lo que nos intimida. Sin forma , es la primera pieza que muestro al público de una colección que ya ha comenzado, un ava...

Danza Butoh. Reflexión.

Vas a hacer un taller de danza Butoh. No sé si sabes mucho sobre esto, pero te confieso que yo tampoco. Tú no eres de esos que se mueven con gracia ni tienes habilidad natural para la expresión corporal. Al contrario, eres bastante torpe. Sin embargo, sé que te has estado informando, y cuanto más lees sobre la danza Butoh, más te interesa. Aunque no eres un experto, parece que se trata de algo mucho más que simplemente mover el cuerpo. La danza Butoh es una práctica transformadora, una forma de explorar lo que está en las sombras, lo que normalmente no se ve. Y creo que esto tiene mucho que ver con lo que la filosofía contemporánea nos plantea, cuestionar lo que nos han enseñado, lo que la sociedad espera de nosotros, y empezar a vernos y ver el mundo de otra forma. Tal vez encuentres que, al igual que algunos filósofos como Sartre, tu cuerpo no es solo un recipiente, sino un medio para conocer el mundo y a ti mismo. Es un espacio donde cuestionar tu propia existencia, liberarte del eg...

La luz que aguarda en la sombra.

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  Empezar de nuevo en otro país es un verbo que no sabe conjugarse sin arrastrar una herida. Porque no se empieza, se sobrevive. Se sobrevive a los trámites interminables, a los papeles que se desvanecen en el aire antes de llegar, a las colas que devoran, a la sensación de que cada paso hacia adelante es una batalla que ni siquiera se sabe si se podrá ganar. Se sobrevive al peso invisible de la espera, ese miedo persistente de que no se hace lo suficiente, de que falta el permiso, el papel, la validación de que se existe allí. La tristeza que se esconde detrás de la distancia no es solo nostalgia, sino una punzada constante, un vacío que cala cuando se piensa en los que se quedaron atrás. En cómo llaman, a veces sin palabras, pidiendo ayuda, mientras quien acompaña, con su alma fracturada, apenas puede con lo propio. ¿Cómo se consuela el dolor de los que se quieren cuando la herida ajena también atraviesa? ¿Cómo explicar que se está presente, pero no del todo vivo? Ver a quien se ...

Donde comienza el blanco. "El oráculo de los Dioses". Evelyn Corvea.

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  Cuando empecé a escribir Mente en blanco , mi primer libro de poesía que verá la luz en breve, no imaginaba que ese concepto, tan etéreo, tan inquietante, acabaría conectando con un lenguaje corporal, simbólico y espiritual como el que propone Evelyn Corvea en su taller El oráculo de los dioses . Sin embargo, la vida tiene esas formas de cerrar círculos invisibles, y eso que yo, particularmente yo, creo que los círculos, no acaban nunca de cerrarse, no existe un fin, nunca regresas al principio.  Su propuesta nace en un lugar llamado Espacio en blanco (Lavapiés - Madrid). La coincidencia, más que casual, es sin duda alguna, una invitación que no puedo rechazar. La mente en blanco, para mí, no ha sido nunca un vacío sin contenido, sino una zona liminal, un terreno fértil donde el pensamiento se deshace y algo más profundo comienza a emerger. Un territorio de silencio en el que se suspenden los juicios, las formas fijas, las identidades forzadas. Un espacio radicalmente a...

Optimismo

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Soñé que volaba, y al despertar, seguía en el aire. El sol salió, justo después de mi ánimo.  Brindé con el primer vaso de agua. Salud por otro día que no se repite. Me puse música de los 80's para lavarme los dientes como si fuera al encuentro del destino. Me miré al espejo y nos aplaudimos. No por vanidad. Por resistencia alegre. Hoy desayuné con ceremonia, como quien celebra estar aquí. El pan se tostó perfecto. El universo guiñó un ojo. No esperé señales. Fui yo mismo la señal. Le hablé a la planta y le conté mis planes. No respondió, pero me dio una flor. Elegí una camiseta de colores. No combinaba con nada. Eso era lo mejor. Abrí la ventana. Entró el mundo. Lo saludé con ganas. No escribí mensajes. Llamé. La voz importa. La risa se comparte mejor en directo. No hice promesas. Hice café. Y un plan de conquista del día. Mi alegría no necesita excusas. Mi entusiasmo no está negociando. Mi vida, hoy, es una ovación interna. Entre pasos rápidos y ganas infinitas, hago de este mart...

"Niñes" el Apagón!!

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Te has levantado de un brinco, casi sin darte cuenta, como en tiempos de "niñes", cuando bastaba abrir los ojos para que la ilusión por un nuevo día te empujara fuera de la cama. A pesar de la alergia, los estornudos, los ojos hinchados, la sensación molesta de llevar encima un peso que no ves, no dudaste. Ni siquiera te tomaste el tiempo de pensarlo dos veces. Era esa misma energía de entonces, esa manera de plantarle cara a la vida sin pasarla por ningún filtro. La mañana empezó con la sensación de llevar una pequeña china en el zapato, casi imperceptible pero ahí, rozando en cada paso. Ese peso que no ves, del que hablaste antes. Y aunque trataste de olvidarlo, fue un mensaje no leído desde el viernes, y que no dabas con él, el que terminó de entender la molestia. Nada dramático, pero sí suficiente para obligarte a parar, sentarte en el banco mental de la jornada, desatar el cordón, sacar la piedrecita y seguir caminando más ligero. Mucho más ligero. Todo parecía avanzar c...

Carta a mi mismo

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  No he llegado hasta aquí siguiendo la mano de otros, ni movido por un deseo ajeno. He llegado porque elegí, unas veces bien y otras equivocándome. A veces no supe quererme lo suficiente para elegir distinto. No fue ignorancia, sino falta de coraje. A veces, incluso viendo, decidí no ver. Deconstruirme ha sido desmontar esas decisiones, sin disfrazarlas de necesidad ni adornarlas con promesas. Tomar la decisión de no volver a traicionarme, de no perderme en mi propio laberinto . No me culpo. Escribo para abrazar lo que no supe, lo que no pude, lo que me llevó a reconocer, por fin, que la libertad comienza en la mirada del autoreconocimiento. He aprendido que respetarme es escuchar con seriedad la intuición primera, esa que sabe sin necesidad de explicaciones, esa que no se confunde con el ruido del mundo ni con las voces ajenas. Que la felicidad no es euforia, ni plenitud constante, sino una lealtad profunda a lo que vibra en mi interio...