Danza Butoh. Reflexión.

Vas a hacer un taller de danza Butoh. No sé si sabes mucho sobre esto, pero te confieso que yo tampoco. Tú no eres de esos que se mueven con gracia ni tienes habilidad natural para la expresión corporal. Al contrario, eres bastante torpe. Sin embargo, sé que te has estado informando, y cuanto más lees sobre la danza Butoh, más te interesa. Aunque no eres un experto, parece que se trata de algo mucho más que simplemente mover el cuerpo. La danza Butoh es una práctica transformadora, una forma de explorar lo que está en las sombras, lo que normalmente no se ve. Y creo que esto tiene mucho que ver con lo que la filosofía contemporánea nos plantea, cuestionar lo que nos han enseñado, lo que la sociedad espera de nosotros, y empezar a vernos y ver el mundo de otra forma.

Tal vez encuentres que, al igual que algunos filósofos como Sartre, tu cuerpo no es solo un recipiente, sino un medio para conocer el mundo y a ti mismo. Es un espacio donde cuestionar tu propia existencia, liberarte del ego, y explorar la impermanencia y la dualidad de la vida, tal como lo haría un pensador existencialista. Y sí, tal vez encuentres en la danza Butoh una forma de resistencia, una manera de soltar lo impuesto y simplemente ser. Porque, al final, en este taller, lo que estás buscando es ir más allá de las expectativas sociales y transformarte.

¿Quién sabe qué descubrirás a través de tu cuerpo? Quizá sea un camino para explorar lo que normalmente está oculto, para desafiar lo que nos limita y para experimentar lo que la danza tiene para ofrecer en ese espacio entre lo visible y lo invisible.

Nació en Japón a finales de los años 50, en una época de cambios sociales profundos, y lo que te llama la atención es que no busca la perfección o la belleza del movimiento, sino una liberación. Te atrae la idea de que no se trata de hacerlo bien, sino de ir más allá de lo que la razón puede explicar, de lo que no tiene palabras.

No se trata de representar nada, sino de vivir una experiencia personal, de conectar con algo profundo. El movimiento viene del ser, pero también está conectado con la mente y las emociones. Todo lo que sientes y vives durante ese proceso está presente en tu cuerpo, pero también en todo lo que te rodea.

A través de Evelyn Corvea, que elaboró una carta astral para ti, te han propuesto algunos dioses con los que conectar durante el taller. No fuiste tú quien los eligió, sino que fueron sugeridos con base en esa carta. Al principio no entendías por qué, pero ahora sientes que hay algo de ellos que habita en ti.

Júpiter, con su poder expansivo, te habla de la fuerza que te empuja a ser más, a mirar más allá de tus propios límites. 

Thor te recuerda la energía que irrumpe en el instante, esa fuerza tan viva que llena el espacio sin pedir permiso. 

Indra, como la lluvia, te conecta con la fluidez, con esa sensación de que todo lo que sientes puede cambiar y evolucionar. 

Poseidón, con su inmenso mar, te invita a explorar las profundidades dentro de ti, a bucear en lo que está oculto y que aún no comprendes. 

Yemayá, desde sus aguas tranquilas, te habla de la calma, de cómo a veces todo empieza en lo esencial, en lo que fluye sin esfuerzo. 

Y Avalokiteśvara, con su compasión infinita, te enseña que el silencio y la presencia son suficiente, que no siempre se necesita hacer para ser.

Aunque no elegiste a estos dioses, sientes una conexión con ellos.

Cada uno te aporta algo que puedes integrar en ti, algo que te ayuda a ver el mundo de otra forma, algo que quizás te guía sin que aún lo entiendas completamente. Y en el taller, tal vez descubras cómo se manifiestan, qué movimientos emergen de esa conexión, qué parte de tu cuerpo y de tu ser se despierta al estar en contacto con su energía. 

No lo sabes aún. Lo único que sabes es que al abrirte a ellos, algo dentro de ti se va a transformar. ¿Qué será? Lo verás.

G.G.

Comentarios

  1. Mente y Cuerpo unido, através de una disciplina, filosofía con la cuál puedas sentír esa conexión.
    En mi caso practiqué Aikido Tradicional ( También Japonés), durante unos tres años , con intensidad. Después he aparcado la práctica en el Dojo hasta un momento que creo está por llegar.
    Aún así, la filosofía de la práctica en sí misma, sigue latente en mí.
    Ánimo y disfrútalo! Graci.

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    Respuestas
    1. Pues que decir que ya no te haya dicho amigo Graci. Que importante es ver el cuerpo como el medio perfecto que tenemos para ver y sentir al mundo... y luego de la búsqueda poder transmitir lo que hemos encontrado en el interior. A veces no somos conscientes de lo poderoso que es este recipiente de emociones

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