Témelo, témelo, sedúcelo.
"να τον φοβάσαι, να τον φοβάσαι, να τον σαγηνεύεις"
(Témelo, témelo, sedúcelo)
Esta frase en griego, absurda, traducida con Google, pretende capturar el sentimiento de lo incierto, la duda, la necesidad de acercarse a lo desconocido, aunque no se sepa hacia dónde llevarán los pasos.
Ayer a un amigo le hice llegar un poema sin tildes, con la intención de demostrar que si seguimos deconstruyendo todo, si llegamos a deconstruir el lenguaje, nos quedaremos sin nada para comunicarnos, perdiendo todo lo que tenemos. Pero ahora, quiero plantearme, si podemos entendernos con menos.
Pretendo que penseis en la ambigüedad que existe entre el miedo y la fascinación. "Témelo, témelo, sedúcelo", es una invitación para que os acerqueis a lo que os asusta, a lo que no entendeis y, de alguna manera, os dejéis seducir.
Vamos a jugar entre lo que nos atrae y lo que nos intimida.
Sin forma, es la primera pieza que muestro al público de una colección que ya ha comenzado,
un avance de mi nuevo trabajo, una etapa en la que las palabras perderán importancia dejando espacio para lo que es mejor no decir (inicialmente, había escrito, para lo que no puede decirse, pero realmente, todo se puede decir, aunque lo ideal, es decidir si hacerlo, y decidirlo correctamente).
Espero que os llame la atención y os provoque, lo mismo que a mi, pero.... si no fuera así, ya habría conseguido algo. Indiferencia.
Sin forma
Hay algo que se pliega
cuando nada pesa.
No viene ni va.
No se retiene.
No habla.
Pero suena.
No toca.
Pero deja.
En lo que no sucede,
persiste.
En lo que no empieza,
permanece.
Sin borde.
Sin línea.
Sin ley.
Sin centro.
No sabe de rostro
ni de lugar.
No cambia,
y sin embargo
ya no es.
Tal vez fue.
O tal vez aún.
Pero nunca ahora.
Nunca entero.
Nunca dicho.
G.G.

Comentarios
Publicar un comentario
No te cortes. Opina.