¡Hasta aquí!


 

Hoy me he levantado con los huevos hinchados. Literal.

No es una metáfora espiritual, ni una expresión figurada de esas que se usan por costumbre. No, no. Hinchados. Como dos globos en una fiesta a la que nadie quiere ir.

¿Qué si fue un golpe? ¿Una mala postura? ¿El karma ajustando cuentas? Da igual.
El caso es que el resultado es el mismo; los tengo a rebosar.

Y ya que estamos, aprovecho para decirlo, también los tengo hinchados en sentido figurado.
Porque ya está bien. ¡Ya basta! ¡Ya me cansé!

Estoy harto de que la bondad se confunda con gilipollez.

De que la paciencia se aproveche, de que el que escucha sea el primero en ser ignorado.

De que el que no grita, el que no impone, el que intenta entender… acabe siempre en el rincón de los tontos.

Estoy cansado del egoísmo con corbata y del interés disfrazado de preocupación.

De los favores que vienen con factura.

De las sonrisas falsas, las palmadas en la espalda y las promesas de “cuenta conmigo” que se evaporan al primer mal día.

Cansado de los que creen que tienen derecho a opinar sobre tu vida, pero luego se ofenden si tú haces lo mismo.

Estoy hasta las narices de que la intimidad sea un delito, de que para que te ayuden primero tengas que desnudar el alma, contar tu vida en fascículos, hacer inventario emocional.

¿No quieres hablar? Sospechoso. ¿Quieres estar solo? Insoportable. ¿Te guardas lo que sientes? Raro.

¡Pues claro que me lo guardo! ¡Es mío!¡Es mío coño, sólo mío! Si tuviera ganas de compartirlo ya lo habría hecho.

Y cuando por fin digo lo que pienso, cuando me planto, cuando levanto la voz...

Ah, no, ahí sí que no.

Ahí ya soy el problemático, el intenso, el que “se ha puesto borde”, el que “ha cambiado”.

Pues sí, he cambiado.

He pasado de modo “a ver si entienden” a modo “me da igual si entienden”.

Porque me he hartado.

De todo.

De todos.

De tener que explicarme, de justificarme, de sonreír para no incomodar.

El que era ya no está. Y no va a volver.

Así que hacedme un favor.

Vivid vuestra vida.

Dejadme vivir la mía.

No preguntéis si no queréis escuchar.

No os acerquéis si no vais a quedaros.

Y sobre todo, sobre todo, no intentéis arreglar lo que no habéis querido entender.

Hoy tengo los huevos hinchados. Por razones médicas, sí. Pero también por razones existenciales. Y en ambas, lo mejor que puedo hacer…es sentarme solo, en silencio, y que nadie me toque los cojones.
 
G.G.

Comentarios

  1. Oye oye! Primero... estas bien? 🥚🥚 Que todo este bien bien

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  2. Olé, olé y olé!!!!!!! 💃🏼 te quiero!!!!!❤️

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