Soy yo

 



Sábado 15 de noviembre 

Hoy he sentido una especie de sosiego que no esperaba. Ha ocurrido temprano, mientras preparaba el café.

Me he sorprendido mirándome por dentro con una calma que no recordaba. Estoy empezando a estar bien.

Mientras secaba un plato he sentido algo parecido al afecto, pero hacia mí. No se trata de orgullo, no se trata de drama. Es una atención nueva, como si por fin pudiera hablarme sin levantar la voz ni disculparme. Me ha emocionado más de lo que admito.

He salido a la calle para comprar algunas cosas. Caminaba sin prisa, dejando que el aire ordenara mis ideas. No he necesitado alejarme de nadie, sólo ajustar un poco la distancia conmigo, que ya es bastante.

Me ha parecido un gesto necesario, que antes confundía con frialdad. Hoy no. Hoy ha sido alivio.

En casa he acomodado mis cosas, una camisa doblada con cuidado, un libro vuelto a su sitio, una nota que no tiro pero le he encontrado el lugar adecuado.

Son detalles mínimos, pero he sentido que algo en mí se está recolocando con un movimiento honesto.

Ahora, mientras escribo, noto una presencia clara en el pecho. No es expectación, no es nostalgia. Es un comienzo. Me doy cuenta de que puedo querer sin apresurarme, y también puedo retirarme sin desaparecer. Puedo volver cuando quiera, incluso a mí. Y eso me da una alegría serena, verdadera.

Si esto es el inicio de algo, me basta con que siga así, firme, sencillo, sin sobresaltos.

Un lugar donde por fin me reconozco.

G.G.


Comentarios

Publicar un comentario

No te cortes. Opina.

Entradas populares de este blog

Gracias, gracias, muchísimas gracias

Por la belleza. Gracias.

El verdadero camino está en nuestro interior