No-yo
La imagen que introduce este texto, es la introducción realizada por Gabriel García Márquez a un libro de Mafalda que me regalaron en 1992. Me llevó a reflexionar sobre lo qué somos y dejamos de ser, con nosotros y con los demás.
La vida nos dirige, nosotros nos construimos.
Cuidado. Hay que tener cuidado.
Las realidades no necesitan disfraz.
Zumbido. Constancia.
Zumbido. Constancia.
La máquina que sigue.
El tiempo que se escapa no es pérdida.
Es materia, es estar.
Cada minuto no entregado es un sí.
Respirar basta.
Cada minuto no entregado es un sí.
Respirar basta.
Las estructuras están ahí: relojes, trayectorias, moldes.
No piden nada, no agotan.
Solo muestran.
Lo necesario no siempre es suficiente.
Lo suficiente a menudo desborda.
Círculo cerrado.
Sin salida.
Y aun así, seguimos.
Y aun así, seguimos.
El no-yo aparece.
Se infiltra en cada vínculo.
Creemos conocer al otro porque suponemos conocernos.
Mostramos caras distintas según la ocasión.
El otro queda atrapado entre ellas.
Convertimos al otro en objeto.
Lo encajamos en un molde que le queda estrecho.
Le amputamos lo que no entendemos.
Lo cubrimos con palabras que no pidió.
Creemos conocer al otro porque suponemos conocernos.
Mostramos caras distintas según la ocasión.
El otro queda atrapado entre ellas.
Convertimos al otro en objeto.
Lo encajamos en un molde que le queda estrecho.
Le amputamos lo que no entendemos.
Lo cubrimos con palabras que no pidió.
No todo vale.
El desprecio disfrazado de confianza tiene límites.
Respetar significa ser siempre igual en cada momento:
no fluctuar,
El desprecio disfrazado de confianza tiene límites.
Respetar significa ser siempre igual en cada momento:
no fluctuar,
no marear,
no cambiar el rostro según convenga.
Respetar es dejar de invadir.
Respetar es aceptar que no sabemos.
Respetar es reconocer que el otro existe fuera de nuestro espejo.
Quien no respeta,
borra.
Quien no respeta,
Quien no respeta,
repite la violencia de reducir.
Quien no respeta,
Quien no respeta,
niega al otro y se niega a sí mismo.
Negar el no-yo no vacía: libera.
Escuchar es el único sí verdadero.
Lo que queda no precisa máscara.
Lo que queda es uno,
y ese uno solo existe si el otro permanece.
G.G.

Comentarios
Publicar un comentario
No te cortes. Opina.