Pausas para contemplar
Antes de irme a dormir, como tantas veces que me quedan ganas de escribir, he cogido La sociedad del cansancio, de Byung-Chul Han, y he releído el prólogo sobre Prometeo extenuado. (2024). Me he parado unos minutos a pensar y creo que no basta con alejarse de lo evidente, del ruido más grande. A veces, la verdadera pausa llega cuando aprendes a dejar ir lo que ni siquiera ves que pesa. Asi, quizá, pueda encontrarme en silencio conmigo mismo.
Tú ya lo sabes. Lo has sentido desde hace tiempo, aunque hayas intentado seguir como si nada. No es el cansancio de un mal día. Es algo más profundo. Una fatiga que no se cura con descanso ni con vacaciones; es la forma en que estás viviendo.
No se trata solo del trabajo. Es la vida cuando se vuelve estrecha, repetida, lejana de lo que realmente importa. Una sucesión de días que no eliges, de ritmos que no te pertenecen.
Llega un momento en que algo se mueve dentro. No hace ruido, pero cambia el enfoque. Empiezas a mirar tu vida desde otro lugar, no con dramatismo. Simplemente sabes que ya no puedes seguir forzando las piezas.
¿Dónde estás tú en todo esto?
¿Dónde estás tú...?
No buscas milagros ni aventuras espectaculares. Quieres otra forma, un tiempo más ancho. Una vida que no duela al ritmo que avanza; menos ruido, menos prisa, menos exigencia disfrazada de responsabilidad.
Tal vez no lo decías en voz alta, pero lo intuías. Mover las piezas, reordenar lo que se da por hecho, salir del circuito que todo exige y nada devuelve. Vivir con menos peso, con más presencia.
No es un privilegio ni un lujo, es lo justo.
No hace falta romperlo todo. Basta con girar el cuerpo un poco, escuchar, dejar de empujar, habitar otra lógica, una que no te lleve por delante.
Porque tú has dado mucho. Has cumplido. Has estado donde te necesitaban. Has puesto por delante lo que había que hacer. Pero ahora toca otra cosa. Toca parar. Toca mirar tu vida con ojos nuevos y preguntarte, sin miedo: ¿qué quiero yo?
Estás a tiempo, y esta vez lo sabes. No se trata de aguantar; se trata, al fin, de recibir lo que mereces.
Hoy ya puedes descansar. Comienza mañana.
G.G.

Comentarios
Publicar un comentario
No te cortes. Opina.