Valdesaz del Condado

No un paseo, no un regreso, no un recuerdo,
una forma de presencia cálida instalada en el cuerpo.

Sin palabras, sin urgencia.

Memoria que se detiene en silencio.

El sol acompaña, resplandece gastado.

Paredes bajas y árboles sabios.
Aire lleno de pausas.
Canto lejano.

Secretos entre ramas.

Sonrisas que no aparecen,
brillos en los bordes de la mirada.

Abrazos ausentes que sostienen.

El viento roza la piel con la delicadeza del pasado.

El silencio de las flores guarda misterio.
Calladas, intactas. Negadas a ser pronunciadas.

La iglesia ofrece sombra sin fe.

El castillo rendido a la ternura de los siglos.

En los riachuelos,
el agua tintinea en cascadas pequeñas,
sonido leve entre lo visible y lo sentido.

Flores, espigas, sendas abiertas.

Todo guarda algo sin pedir presencia,
promesas sin futuro.

Camino sin buscar,
me dejo habitar por lo que permanece,
Sin dolor.
Sin alegría.
Paz que nace cuando sabes que lo perdido no está ausente.

Lugares que quedan dentro,
no por lo que fueron, 
sino por lo que dicen en el silencio.

G.G.

Comentarios

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