la desnudez del poeta
no utilizo mayúsculas porque no quiero que nada parezca más importante que otra cosa. no hay comienzo glorioso, ni nombres que necesiten elevarse sobre el resto. escribo desde un lugar donde todo está al mismo nivel: la rabia, la tristeza, la lucidez.
rompo las normas porque no me representan. no me interesa embellecer lo que duele, ni corregir lo que nace torcido. el lenguaje también se cansa, también se arrastra, también deja caer las mayúsculas cuando el peso del mundo no justifica levantarlas.
escribir así es una forma de decir que no busco aplausos ni corrección, solo verdad. aunque sea incómoda. aunque se lea en voz baja. aunque desaparezca al terminar el punto final.
y aún así se lame los dedos.
nadie quiere una herida abierta en el sofá,
mejor un brindis, aunque esté vacío.
lloran en privado para no manchar la decoración,
y tú
que no sabes callarte la tristeza
te vuelves incómodo,
decorado con silencio ajeno.
la amistad caduca en cuanto se nota la grieta.
sonríe, insisten.
sonríe, o desaparece.
me importa una mierda.
g.g.
nota: el título inicial era deconstructivismo. mi amigo edgar ariel, que en ocasiones me presta su ayuda para editar mis poesías, siempre me dice que trabaje más sobre los títulos. jorge enrique, maravilloso poeta recién descubierto, al leerme me ha propuesto el que para él, debería ser y se lo he aceptado. a partir de ahora, pondré más atención en los títulos

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