Indomable. Brindis por la vida.
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| Tatuaje realizado en mi antebrazo hoy 25 de marzo de 2025 (Sombras y luces son producto de la edición intencionada de la imagen) |
Naciste con el fuego dentro, con la chispa encendida en cada paso, con la risa lista para estallar en cualquier momento, porque sabías que la vida era un salto al vacío y que el vértigo no era más que la señal de que estabas vivo. No temías a las caídas, confiabas en tu fuerza, en tus ganas, en la gente que te esperaba con los brazos abiertos cuando tropezabas.
Pero incluso tú, el que siempre arde, el que siempre avanza, caíste en la banalidad de la vida. Te dejaste llevar por los sinsentidos que te rodeaban, por lo superfluo, por las apariencias, por los deseos de otros que no eran los tuyos. Dejaste que tu tabla golpeara una y otra vez contra las rocas, dañándose, astillándose, perdiendo la firmeza con la que siempre habías surfeado. Y sí, duele. Duele darse cuenta de que perdiste el rumbo, de que confundiste marea con destino.
No pasa nada. En absoluto. Nada. Todo lo contrario. Si, todo lo contrario, pasa todo, todo pasa y vuelves a empezar.
Sabes quién eres. Cada vez que el mundo te sacude, lo marcas en tu piel.
Un tatuaje. Un símbolo de que algo ha cambiado en ti. Estás despertando de nuevo. Has prometido al alma, si, al Alma, y a tu cuerpo, seguir adelante, siempre. No se trata simplemente de tinta. Es la huella de tu fortaleza, de tu voluntad inquebrantable de levantarte una y otra vez.
Cuando el tatuaje se seca, cuando queda adherido a tu piel, grabado, sientes el mensaje de la tinta recorriendo tus venas. Levantas tu copa. Tu copa rota. Queda una gota de vino. Suficiente. La luz del vino brilla bajo tu piel reflejando lo vivido, lo logrado. La mano que sostiene la copa se convierte en testigo mudo de tu transformación. A la izquierda, sombras y líneas oscuras proyectan el peso de momentos difíciles, batallas libradas en silencio que solo tú conoces. A la derecha, la piel resplandece con una nueva luz, pura y firme.
Brindas por todo, por lo bueno y por lo menos bueno, por cada tropiezo, por cada lección, por los momentos en los que decidiste no rendirte. Es el brindis de quien ha caído y se ha levantado de nuevo. Es el brindis de quien ha mirado a la vida a los ojos y ha dicho no me voy a quedar aquí. No lo pienses, ni loca.
Tu alegría es inmensa. Poderosa. Con ella surfeas sin miedo los bravos mares, desafiando las olas y dejando que la corriente te lleve hacia nuevos horizontes
La felicidad de los que amas es la chispa que enciende tu fuego, el aliento que te levanta del suelo, la razón por la que, aunque el viento te tire, te sigues poniendo en pie. Erguido. Sin miedo a volver a caer. Sin titubear. Brillando.
Cada cicatriz que llevas cuenta una historia, cada tatuaje es un recordatorio de que a pesar del cambio, sigues siendo el mismo. Más fuerte y más sabio, y a la vez, más sensible y más sereno.
Ahora sabes que, aunque la vida se ponga difícil, nada ni nadie podrán apagarte. Salvo la vida, a quién te entregas sin reservas. La vida podrá detenerte, pero antes lo tendréis que hablar.
G.G.

Cheers!
ResponderEliminarA ver si es verdad hermosa
EliminarEste texto es de mi amigo Queco, no se atreve a publicar...
ResponderEliminar"Una copa rota ?
A veces un brindis por todo y otras un brindis por nada !
Una copa de vino puede estar llena de misterio, llena de promesas , llena de amor , llena de ternura, de sentimientos increíbles .
Una copa rota , puede estar llenas de trozos de ti ! De mentiras , de desahogo, de torturas internas que hacen daño !
Una copa rota puede hacer que te cortes , que tu sangre se mezcle con el vino y entonces te haga entender que la vida rota o no es vida , tu vida !
Disfruta del viaje"
Gracias amigo, que bien me conoces
Impresionantes palabras!!!!! Así eres!!!!
ResponderEliminarWow...sencillamente bello...(la negra!)
ResponderEliminarMaravilla
ResponderEliminarGracias Alberto. Espero que todo vaya bien
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